Ahora más que nunca

Para los corazones afligidos, y ahora más que nunca, tenemos esta tarde, a una hora casi taurina, pero con el tiempo destemplado y bostezador, el primer clásico de esta temporada. Con bajas inoportunas, con el estado de forma de algunos jugadores discutido, con declaraciones extemporáneas, cuando no abiertamente desafortunadas, el Real Madrid y el Barcelona, se enfrentan, una vez más con su destino. Quizá, este año, en este primer encuentro, con las escuadras igualadas en resultados y juego, sin desequilibrios neuróticos, sin revanchismo y acritudes, el clásico es más clásico en su pureza y en su significado.

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En este mar verde de hierba del Santiago Bernabeu, con un despliegue de seguridad extraordinario, Ronaldo, Suárez, Bale, Piqué, Sergio Ramos, Iniesta, Keylor Navas, Messi, serán los emisarios de nuestro corazón. Porque nos falta aquello que sazona 

nuestra vida en paz: el balón será de los dos equipos, se darán la mano, se mirarán a los ojos, se abrazarán, y seremos felices.

¡¡¡Buena tarde fútbol y que gane la vida!!!

Como decíamos ayer

Quizá haya pasado demasiado tiempo desde que las olas de todos los mares eran nuestro horizonte. O no. 

Pero siempre hemos estado aquí, con todos, entre todos. Y así ahora lo decimos, ya de vuelta, con el alma en las palabras, en las películas que hemos visto y que habremos de ver, en los partidos, que hemos visto y que habremos de ver, también, con la misma emoción y la misma fe en el futuro, nuestro futuro, vuestro futuro.

Por tanto, como decíamos ayer…

Y los partidos de España para la clasificación de la Europa 2016. Cita en junio que será el reencuentro del mito con la inmortalidad. Y Los Minions, tan entrañables, llenando las pantallas de los cines y estallando en carcajadas.

Y el Real Madrid, con nuevo entrenador y nuevas ambiciones, nuevos retos, nuevas verdades. Tras un verano en el que Casillas, eterno, derramó las lagrimas de todos los aficionados que le debemos tanto. Ya feliz en Oporto, donde es una referencia para todos, como persona y como futbolista. 

Y Hotel Transilvania 2, donde la diversión y la elegancia están aseguradas. Mientras asistimos estupefactos, en directo, a una carrera de motos y a una conferencia en imágenes sobre la verdadera complejidad del ser humano.

Entretanto, Valerón, jugador de fútbol del modesto y recién aprendido Las Palmas, confiesa ser feliz porque Dios le ha posibilitado jugar hasta los cuarenta años. 

Y ya somos felices nosotros también, escribiendo y seindo leídos, todo está en su sitio. Porque el día 18 de diciembre, cuando el Halcón milenario vuelva a volar por las galaxias de nuestra imaginación, en el episodio númeo siete de Star Wars, el cine será mágico. Como siempre.

Vendrán días de descanso

¿Cuantas veces habremos recorrido este pasillo durante este curso? ¿A dónde nos habrá conducido? ¿A la oscuridad de los suspensos o al cielo de los aprobados? Permitidnos la ironía.
Las despedidas siempre son tristes. Aunque ésta, por su naturaleza, quizá no lo sea tanto. Un curso que acaba. Un curso que debemos sumar a los anteriores y que, como diría el cineasta José Luis Garci, somos las películas que vamos viendo, somos los cursos que vamos terminando. Con más conocimiento, con más amigos, mejores personas.
Desde el Departamento de Lengua, os queremos desear un muy feliz verano, de playa, de ilusiones, y de disfrute, y de cine en salas con aire acondicionado del Ártico. (Ay, este verano no hay Mundial ni Eurocopa).
Pero antes, un ejemplo que cierra el curso como fue empezado, con esfuerzo y con nobleza. “El rugby es un deporte de caballeros, un deporte noble, y ellos son los más nobles”, Esto lo afirma, el entrenador de un equipo de rugby, cuyos jugadores, algunos de ellos, tienen síndrome de Down. Del 17 al 21 de agosto, disputarán, en Inglaterra, el primer Torneo Mundial de  Rugby Inclusivo. Uno de los jugadores dice que “es lo mejor que me ha pasado en la vida”

Seguro que Vicente del Bosque, otro entrenador, también lo suscribiría y seguro que este verano será el mejor verano. Para todos.


¡¡¡¡SED FELICES!!!!

Ahora sí mucho más que un clásico

Túnel de vestuarios del Sánchez Pizjuán. El sábado pasado. Un periodista, cuyo maestro hubo de ser Umbral, pregunta a Banega, jugador sevillista. Éste ha marcado un gol que ha desquiciado a Bravo, portero del Barcelona.

   -¿La pegó con el alma o con el corazón?

   -La pegué al espacio, sentí que salió bien, y entró.

   La poesía y al pragmatismo. La belleza y la eficacia.

   El miércoles próximo, en torno a la medianoche, habrá finalizado el Real Madrid-Atlético de Madrid. Cualquier jugador hipotecaría su alma al diablo, a cambio de ser preguntado por la naturaleza de su gol vencedor.

   El río caudaloso de la liga ha ahogado a dos jugadores vitales del Real Madrid, como ha dicho el magnífico Diego Torres esta mañana. En la otra orilla, el equipo contempla las bajas con temor.

  En tanto, los de Simeone, de vuelta a casa de La Coruña, salivan y afilan sus colmillos para la madre de todas las venganzas deportivas. Consideran indispensable restituir el orden normal de todas las cosas, es decir, eliminar al Real Madrid.

   Indiscutiblemente, ahora sí que será mucho más que un clásico.

   Gane quien gane, el fin de semana llegará, y tendremos, nuestro otro alimento del alma: el cine. 

   Queremos recomendar la nueva versión de La cenicienta, para restañar las heridas tras la batalla futbolística.

La vida escrita en la puerta 58

La vida escrita.

Una serie, dos guionistas, y la vida.

Las grandes series son gran cine. Un huracán de arte cinematográfico. Son verdad. Ahora, aquí, en nuestro país, entra, las noches de los lunes, en nuestros hogares, un milagro. Gravita, en sus entrañas, la metáfora del fútbol que tanto nos conmueve.

El fútbol y la vida siempre ganan.

La vida escrita, el recuerdo eterno, el cine y el fútbol, inmortales. El ministerio del tiempo, nuestro bálsamo. Poder ir al pasado, a otro lado de la puerta, de todas las puertas. ¿Quién no querría? Todos los lunes, en la 1. Una serie cuyo argumento ha sido escrito por dos hermanos (Javier y Pablo Olivares, éste recientemente, fallecido por ELA) que llevan el cine en la sangre, como la savia un roble de sombra inveterada. El cine y el fútbol. Son del Atlético de Madrid, y beben de su elixir, como viajeros sedientos, como todos los Ulises de todas las odiseas que encuentran a sus Penélopes entre las redes de una portería, tejida, y destejida, eternamente.

Sea este nuestro homenaje a dos guionistas de talento, aficionados al buen fútbol. Han sido felices, y nos ha hecho felices. Ellos, porque ganaron la liga el año pasado, mientras escribían nuestros sueños en una serie de televisión, El ministerio del tiempo; y nosotros, porque cada lunes, somos felices con las historias, el cine, y el talento. Su talento y su cine.

Sin precipitarnos, apresurándonos despacio

Y el torbellino de la vida, que nos empuja a disfrutarla, con nuestros quehaceres y obligaciones, con la mirada limpia, hacia nuestro futuro.

¡Tantas cosas de pronto! 

El efecto Torres que enhebra la realidad con el deseo, Messi y Neymar y Suárez que ya son una sinfonía, Ronaldo acumulando balones de oro y malos modos, Paco Jémez, nuestro gran romántico, que desgarra los nervios de los espectadores, mientras espera que lo llame España,..., botas voladoras y árbitros con visita pendiente al oftalmólogo.
Y el Real Madrid, aplastado, desangrándose, su techo de cristal hecho añicos, y el Atlético golpea en el ring del partido a partido.

Y el cine, de fiesta mayor con los Goya de anoche, con La isla mínima, que es un continente de cine mayor, virtuoso, un prodigio de caligrafía cinematográfica: bellas y elocuentes imágenes de las marismas del Guadalquivir. Justa ganadora. No se puede no ver.

Y a la vuelta de la esquina la ceremonia de los Oscar, y la Champions. ¿Qué más se puede pedir?
La embriaguez serena y silenciosa de la nieve cayendo sobre nuestros hombros.